La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y luego complementada con alimentos sólidos, los cuales serán ofrecidos al bebé de la mejor forma y textura posible para evitar posibles atragantamientos u otros accidentes que pueden prevenirse. Además, recomienda continuar la lactancia materna hasta los 2 años y más si lo desean la madre y el pequeño.
El periodo de alimentación complementaria abarca las edades comprendidas entre los 6 y 24 meses de edad, donde las deficiencias o carencias nutricionales y la presencia de enfermedades o procesos infecciosos pueden incidir en el aumento de desnutrición o mal nutrición en menores de de 5 años de edad.
Por lo tanto el inicio de la alimentación complementaria a la edad adecuada (6 meses) y el ofrecimiento de alimentos adecuados tanto en textura, forma, cantidad y calidad (nutrientes) contribuirán a disminuir la incidencia de patologías en el niño y, así, a un óptimo crecimiento y desarrollo del mismo.
Actualmente se puede iniciar la alimentación complementaria con cualquier tipo de alimento (carne rojas y blancas, vegetales, legumbres, frutas), incluyendo los llamados alérgenos (cítricos, pescados, huevo, etc.), ya que se ha comprobado que al retrasar su introducción (después del año) las reacciones alérgicas pueden ser mayores.
El uso de sal, azúcar y miel si está contraindicado, al menos hasta los 2 años, para evitar daño a los riñones, caries, obesidad y botulismo, el cual es una enfermedad muy grave, producida por una bacteria neurotóxica llamada Clostridium botulinum contenida en la miel.
Y la introducción del agua también se hará a partir de los 6 meses, siendo lo más recomendable ofrecerla posterior al alimento para evitar que su capacidad gástrica se llene con un líquido que no contiene nutrientes.